Ana Matilde Gómez abandonó ayer a las 4:34 p.m. la Procuraduría de la Nación. Desde las escalinatas del Ministerio Público admitió que fue "vencida, pero no destruida". Al mismo tiempo, su reemplazo Giuseppe Bonissi comenzó a despachar como máximo fiscal del país.
Gómez abandonó el edificio de la Procuraduría junto a su esposo. Era evidente la tristeza; algunas lágrimas rodaron por sus mejillas al abordar su vehículo.
Horas antes, Gómez advirtió que el proceso en su contra no la pondrá de rodillas.Usando una frase de Ernest Hemingay, el novelista norteamericano y de la periodista italiana, Oriana Fallaci, Gómez pidió a la virgen que nos proteja y exclamó que pueden tener la seguridad que su voz no se acalla con el hambre.