�Qué es más molestoso que un "vidajena" hurgando en nuestra vida privada? Estos necios parecen no tener vida propia.
Lamentablemente, a nuestro alrededor hay más de los que quisiéramos. Tomando en cuenta que el bochinche es uno de los deportes favoritos del panameño, siempre va a haber alguien hablando de nosotros a nuestras espaldas.
Cuando conocemos a una persona que es vidajena y entramos en confianza con ellos, su adicción a los chismes se hace evidente, porque se dedica a contarnos todos los trapos sucios de otras personas de su trabajo, de su barriada, o hasta de sus familiares.
Es en ese preciso momento que tenemos que darnos cuenta de que no podemos darle mucha confianza ni hablar mucho de nosotros con ellos, porque si son capaces de hablar tantas pestes de todo el mundo cuando apenas los estamos conociendo, �qué no dira de nosotros?
De hecho, al conversar con ellos nos repiten frases como "eso no lo sé en detalle, pero lo estoy averiguando". Eso significa que hacen esfuerzos conscientes dirigidos a conocer todos los detalles sobre lo que no es de su incumbencia.
Y miremos bien a nuestro alrededor, porque donde hay un vidajeno bochinchoso hay un grupo de ellos reuniéndose.
En los trabajos, el grupo de los más bochinchosos tienen un lugar favorito, un rincón oscuro y tenebroso en el que se congregan para intercambiar información, de esa que no les sirve para nada que no sea satisfacer su morbosa y excesiva curiosidad por la existencia de los demás.
Cuando uno no la debe no la teme, así que si hablan de uno, qué importa. Pero si uno quiere mantener su privacidad, mejor es tener a raya a los bochinchosos y no darles tanta confianza, porque en un descuido les decimos algo que pueden andar regando por ahí sin permiso.