La actividad física es útil para mantener el estado normal de los músculos y articulaciones; prevenir la pérdida de calcio en los huesos (osteoporosis); aumentar la capacidad de los sistemas respiratorios y cardiovascular; evitar el daño de las arterias y mejorar la coagulación sanguínea.
Además, es muy importante para lograr una actitud emocional positiva de confianza en sí mismo.
El ejercicio físico debe ser exigente, pero sin caer en lo excesivo y debe ayudar a mantener rangos articulares y posturas fisiológicas.
Para mantener la postura correcta y la flexibilidad de las articulaciones, se recomienda realizar movimientos de estiramiento de brazos y piernas, girar y extender el cuello, mover el tronco a derecha y a izquierda.
Si no se ha hecho ejercicio antes, es preferible que consulte con su médico si puede hacerlo para evitar peligro.