En Australia hay un artilugio llamado "boomerang", que al ser lanzado a distancia se regresa a la mano del cazador. Es un arma peligrosa, si no se controla bien.
Igual pasa con las acciones humanas. Unos creen que Dios no castiga al que engaña a su prójimo. La justicia divina es como el "boomerang", pues llegará tarde o temprano.
Es como el viejo cuento de un rey de la Antig�edad, que se ofuscaba de las personas que le mandaban malas noticias, para luego ejecutarlas, porque decían la verdad.
Nadie se atrevía avisar al rey de los peligros inminentes. Incluso sus consejeros no advirtieron al monarca que había sido condenado a muerte. Cuando el soberano fue al patíbulo, comprendió el error de su mala política.
En medio de la efervescencia política, en nuestro país hay algunas autoridades y políticos del patio que se han enojado con los periodistas, los clásicos mensajeros de las buenas nuevas. Toda noticia publicada en los diarios, todo reportaje televisivo o radial, es ahora objeto de monitoreo de los candidatos presidenciales sedientos de poder, o de los empresarios que detrás de un grupo partidista, esperando "hacer su agosto" antes del fin del Gobierno del PRD.
Hace tres años, varios comentaristas radiales advirtieron del inminente escándalo del Transmóvil, de la triquiñuela de importantes allegados al poder que presionaban para que despidieran aquellos comunicadores que rechazaban la "modernización del transporte".
Incluso, hasta algunos comunicadores ligados a los medios "oficialistas", se prestaron para exigir que los comentaristas radiales independientes fueran "sacado del aire", por enturbiar el negociado.
Hoy, cuando todo el mundo ha visto que la pretendida modernización del transporte público ha sido un fracaso rotundo, cuando además se descubrió las irregularidades de la licitación con la empresa de buses chinos y las burdas indemnizaciones de 25, 000 dólares a los transportistas, todos los panameños comprendemos que las advertencias hechas en el pasado tenían veracidad. Como dicen, nadie es profeta en su tierra.
�Y qué pasó con aquel poderoso que pedía la cabeza de los mensajeros? �O de los comunicadores sociales que se prestaron para también sacar del aire a los comentaristas, traicionando a sus colegas?
El primero ya es visto como sujeto de una posible investigación judicial, por lo que ya busca protección en el "Palacio de la Risa".
En cuanto a los otros, se supo que un político opositor los cuestionó de no ser imparciales y también pidió sus cabezas.
El poder es efímero. La soberbia es el peor pecado del mundo. Por ello, estimado amigo, no te dejes caer por las ambiciones de dominio absoluto.
Y cuando se trata de decir la verdad, no se puede tapar el sol con la mano. Mientras más uno busca ocultar algo, serán descubiertas las razones.
Bien lo decía el muy sabio periodista panameño Escolástico "Fulele" Calvo: "Los poderosos de hoy serán las reses del mañana"...
