El 25 de febrero de 1986, el Presidente de Filipinas durante los últimos 20 años, Ferdinand Marcos, junto a su esposa Imelda, huyeron del país, tras una serie de manifestaciones y multitudinarias protestas públicas. La nueva presidenta de Filipinas resultó ser Corazón Aquino, viuda del principal enemigo político de los Marcos: Benigno Aquino, quien tres años antes fue asesinado justo a su regreso del exilio.