Estimados Periodistas:
La Autopista Panamá-Colón es una obra de infraestructura necesaria para el desarrollo comercial y productivo del Atlántico panameño, pero... �A quién realmente beneficia y cuál es la verdadera historia detrás del apuro por completar esta autopista?
Lo primero que hay que saber es que esta autopista no es financieramente viable. El costo por kilómetro para construir esta autopista es tan alto que obligaría a que la misma se autofinanciara con un peaje incosteable por los panameños. Es por ello que, la única figura financieramente viable es, o el apalancamiento proveniente del peaje del corredor sur que está en manos de PYCSA (la cual se encuentra bajo una administración judicial), o con un peaje sombra, exención de impuestos municipales, garantías por parte del Estado panameño y otra serie de beneficios y ventajas que le han sido dadas a la empresa Odebrecht. �Por qué optaron por otorgarle a una empresa toda clase de beneficios?
La verdadera razón detrás de todo esto subyace en el Artículo 51 (transitorio) de la Ley 41 que creó el �rea Económica Especial Panamá-Pacifico (Howard). Este artículo limita la actividad de importación-exportación que es la real vocación que tiene Howard dada su cercanía a la ciudad de Panamá, infraestructura aeroportuaria y portuaria, etc. Y, que por lo tanto, disminuiría la competitividad de la Zona Libre de Colón. Existen influyentes grupos económicos cercanos a este Gobierno cuyo interés es comenzar a explotar Howard cuanto antes y esos son los grupos que han hecho de la empresa Odebrecht la mayor consentida de este Gobierno no sólo con una rentabilidad cómoda garantizada y el aval financiero del Estado, con obras públicas por más de $700 Millones y, ahora, según Gaceta Oficial del 19 de febrero de 2009, el reconocimiento de un sobrecosto de $51 millones más en la autopista Panamá-Colón.
De todo lo anterior, debo concluir que la razón por la que la actual administración judicial de PYCSA no fue consultada, a pesar de que la única forma financieramente viable era que PYCSA terminara de construirla y que si no cumplía entonces el Estado debía rescindir el contrato y otorgarlo a otra empresa, es que se hubiera obligado a las autoridades a que todo se hiciera a la luz pública de acuerdo a la Ley 22 de Contratación Pública sin el velo de oscuridad y misterio que les dio la figura de la transacción "privada" de traspaso de concesión que se utilizó para beneficiar a Odebrecht.
Colón necesita una autopista. El país necesita un �rea Especial de Howard explotada en su plenitud. Pero todo debe hacerse con la transparencia necesaria y sin que el Estado salga esquilmado y mucho menos que una empresa extranjera obtenga tales beneficios en detrimento de la libre competencia con la que pudieran participar otras empresas.
Alexis Soto
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