CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, soy poco profesional al anunciar
La tendencia del consumidor
en lo que respecta a compras va ligada, casi a diario, por lo que ve, oye
y mira; es decir, los anuncios publicitarios o los comentarios de otras
personas sobre "X" producto o servicio.
Los comercios que promueven sus servicios se valen de diferentes recursos
para impulsar ofertas de diversos tipos. Los clientes, por su parte, sobre
todo los adictos a la compra, acuden al llamado para conseguir el "baratillo
del año" y así llevar a sus hogares el artículo
soñado, pero cuando en algunos casos- no es precisamente lo
que se anuncia es cuando se registra el disgusto generalizado de una población
que ya no cree en discurso "engañoso".
Las autoridades encargadas de regular actividades como éstas deben
ir más allá de certificar el mensaje de la publicidad para
ir en busca de la realidad de lo que se anuncia.
Por años se han escuchado oír "baratillo final",
"baratillo de fin de año", "liquidación final",
"remate final", "remate de mercancía por fuego"
y muchos más que a la larga no son más que trabas o recursos
para atraer a los consumidores en masa a sus establecimientos.
Los consumidores de hoy en día ya no creen más de cuatro
cosas. Ahora se ven en las calles a decenas de personas que van a verificar,
inclusive cuando van a pagar, si el costo del producto es igual al anunciado.
La Comisión de Libre Competencia y Asuntos (CLICAC) debe intervenir
y poner fin a esta situación.
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