La Fiscalía de Colombia investiga el papel de Chiquita Brands en el tráfico de 3, 400 fusiles AK-47 y 5 millones de municiones, que fueron descargados en noviembre del 2001 en el puerto de Turbo por el barco "Otterloo".
Las armas pertenecían a la Policía de Nicaragua y supuestamente habían sido vendidas a la Policía de Panamá, por intermedio de empresarios israelíes, pero llegaron a manos de paramilitares.
Los equipos e instalaciones de Banadex, la filial de Chiquita en Colombia, fueron usados para bajar los contenedores que escondían las armas. Chiquita Brands acaba de ser multada en EU tras admitir que pagó "vacunas" o financió a los paramilitares colombianos.