Los panameños, al menos un grupito de ellos, no tiene la mínima intención de enseñarle nada a sus hijos. No despiertan el interés para que éstos aprendan y se vayan nutriendo de conocimiento.
Los ven nacer y no los van enseñando a obedecer al momento de ir a dormir y mucho menos les dicen qué tiene que hacer cuando les toca ir al baño a hacer sus necesidades.
Si usted es uno de estos ciudadanos, permítame darles estos consejitos que le serán de gran utilidad.
No empiece a enseñarle a usar el baño hasta que ambos, su niño y usted, estén preparados. Usted está listo cuando puede dedicar el tiempo y la energía necesarios para alentar al niño diariamente.
Su niño está listo cuando él o ella le puede indicar que el pañal está mojado o sucio, o cuando el niño le puede decir que tiene la necesidad de hacer sus necesidades. Esto usualmente ocurre entre los 18 y 24 meses.
Permita que el niño entre al baño con usted cuando usted tenga que ir, y haga que se sienta cómodo en este ambiente. Permita que su niño observe su orina o defecación en el inodoro, o excusado. Deje que su niño juegue jalando la cadena.
Antes de hacerlo que se sienta en el inodoro, ponga una silla de entrenamiento en el área donde el niño normalmente juega y pasa el tiempo, para que se familiarice con la silla. Considere usar una silla de entrenamiento en cada piso si vive en una casa con varios pisos. Permita que el niño toque, observe y se familiarice con la silla de entrenamiento.
Dígale a su niño que esa silla es sólo para él/ella. Permita que el niño se siente en la silla con ropa, como si fuese una silla regular. Permítale dejar la silla en cualquier momento. No obligue al niño a quedarse sentado en la silla por un tiempo específico.
Poco a poco usted conseguirá que su hijo sepa cómo usar el baño. Siga estos consejos y será un gran papá y un gran ciudadano.
