En esta vida, a muchos hombres y mujeres les encanta sentir las caricias de la persona amada sobre su espalda, su pecho, su vientre, sus muslos, en fin, por todos los lugares en donde se sienta estímulo; por eso muchos dicen que en la intimidad de un cuarto, un masaje puede ser el responsable de que se produzca el sexo, aún sin ser planeado.
Sí, no hay nada más rico que un buen masaje, guiado por palabras que lleven a una provocación de placer. Quien no lo ha experimentado de esta manera no sabe lo que se pierde.
Ahora, hay que saber hacerlo; es llegar a casa, hacer todo lo pendiente (para tener motivos de exigir un masaje), después viene un rico baño, un pijama seductor, o sin ropa, según como esté la noche, y después de mucho manoseo, entonces viene la pasión.
Eso sí que es gozar de un merecido masaje, pero ojo, lo antes expuesto sólo aplica en aquellos que siempre desean sensaciones nuevas.