Los candidatos y precandidatos a la Presidencia de la República, cada vez que llegan a un auditorio formulan un rosario de promesas.
Lo prudente sería presentar todas sus propuestas en blanco y negro, a través de un documento que sometan a la consideración de los electores.
Hasta ahora sólo un precandidato, el panameñista Marco Ameglio ha cumplido con ello. El resto de los aspirantes del oficialismo y de la oposición, están en mora con la población.
Así mismo se hace necesario que los políticos que aspiran llegar al Palacio de Las Garzas hagan promesas realistas y no levanten castillos en el aire.
Ahora en estos tiempos de tanto avance tecnológico, cualquiera puede quedar en entredicho al reproducirte una promesa que alguien hizo en campaña y que luego no cumplió.
Los electores también deben exigir a sus candidatos algo más que palabras que se las lleve el viento. No se puede regalar el sufragio por una camiseta o por la pinta de un candidato. Hay que reclamar planes concretos para el desarrollo de la nación y sus ciudadanos, de lo contrario, usted estaría botando su voto.