La crisis del Gobierno italiano ha adquirido tintes rocambolescos, con denuncias de engaños y sucesivas amenazas entre sus socios, mientras el primer ministro, Silvio Berlusconi, ha fijado para el jueves un voto de confianza en el Parlamento.
No obstante, esa votación está por ver si se celebra, ya que la última hipótesis es que Berlusconi podría presentar su dimisión, para formar el nuevo Ejecutivo que le piden sus aliados, después de su comparecencia en el Senado.