El 13 de mayo de 1981 fue el día que casi matan al Papa Juan Pablo II. Mientras recorría en un auto descapotable la plaza de San Pedro en el Vaticano frente a miles de personas, un pistolero turco llamado Mehmet Ali Agca le disparó cuatro veces, hiriéndolo críticamente. Juan Pablo II perdió casi tres cuartos de su sangre, y tuvo que ser sometido a 5 horas de cirugía. Dos años más tarde, el Papa y su atacante se volvieron a encontrar, cuando Juan Pablo II lo visitó en la cárcel. Agca recuperó su libertad un 18 de enero de 2010.