Al cumplirse ayer un año de la muerte por una cabeza de aguas de las educadoras Yamileth Calderón, Doris Dixon y del niño Derians Castillo, los docentes de la Zona 16 de difícil acceso de la provincia de Bocas del Toro, se reunieron en Veraguas, para recordar y esperar ayuda de las autoridades.
Julio César González, educador sobreviviente de la tragedia de aquel 20 de mayo del 2007, y varias de sus compañeras maestras que aún siguen laborando en las escuelas apartadas rompieron el llanto, al recordar la zozobra que vivieron ese día donde las desaparecidas pedían ayuda para no morir.
Los educadores señalaron que después de un año todo lo que las autoridades dijeron ha quedado en el olvido, puesto que no se ha hecho nada para mejorar las condiciones de peligro que existe en esas comunidades limítrofes con la provincia de Veraguas.
El peligro es igual que aquella fecha puntualizó el maestro Julio César González, que cuando sus compañeras y el niño estudiante fueron sorprendidos por una fuerte cabeza de agua de uno de los ríos, que se encuentran en la travesía hacia la comunidad de Llano Bonito, lugar a donde se dirigían para trabajar como educadores.
Yadira Pino, dirigente magisterial, señaló que la lucha se eleva a nivel de gremio de educadores, porque no se ha cumplido con las promesas de entrenamiento en caso de urgencia como el ocurrido hace un año.