�Candelario efectuaba ... Pedro, como solía hacerlo cada vez más a menudo, prefirió sentarse solo...
�Hacía escasamente una semana había entre ellos un altercado penoso: en una visita reciente a Guamaní, el pueblo del cual ambos eran oriundos, ... se habían puesto las botas cazando soneros por los tinglados de Villa Cañona y, al regresar con ellos a la capital, Pedro le había pedido a Candelario que los pusiera en libertad. Entre los detenidos aquel día se encontraban su tío Monchín y tres primos suyos, quienes se habían unido recientemente a los soneros como trompetista, baterista y conguero.
�-Son compueblanos suyos, Capitán -le dijo genialmente, seguro de que Candelario los protegería-. Le aseguro que, si se han metido a músicos, no es para luchar por la independencia, sino para no morirse de hambre.
�Candelario, sin embargo, se negó a complacerlo. Le había sido muy doloroso tener que adoptar aquella actitud disciplinaria con los soneros, y a causa de ello, en las noches casi no lograba conciliar el sueño. hacer una excepción de los parientes de Pedro... sólo lo haría sentirse peor.
�-Lo siento, camarada -le dijo...-. Pero en la Academia me enseñaron que la ley se aplica sin excepción -y le prometió que, una vez efectuada la paliza, les permitiría a sus parientes unirse a banda militar, donde cambiarían la trompeta por un trombón de vara y los cueros por un tambor militar.
�Enfurecido con su amigo, Pedro le señaló que parecía mentira que los preceptos humanitarios que tanto había predicado no hubiesen sido más que un barniz, y que hubiese sido necesario "rascar tan poco para que a él también le requintara lo salvaje". En los días subsiguientes, Candelario, que de veras apreciaba a Pedro, intentó subsanar el agravio de sobre sus familiares, pero la relación entre los dos ya no volvió a ser la misma.�
Así cuenta la escritora Rosario Ferré uno de los insólitos incidentes en la cadena de acontecimientos que llevan a �La extraña muerte del Capitancito Candelario� en su obra ficticia, compuesta de cuentos, titulada Maldito amor.
Si bien nos parece inaudito que se persiga a determinado grupo de personas por preferir el género musical de la salsa, más lamentable aún es que se persiga al prójimo por su fe en Dios. �Que Dios nos libre de los intolerantes, a quienes les espera el día del juicio!