Miles de pies de madera salen a diario de las montañas de la provincia de Bocas de Toro, lo que indica que se está poniendo en peligro la mayor riqueza de la región, que es precisamente su flora y fauna.
La tala ha ido poco a poco arrasando la cantidad de hectáreas de tierras, acabando con su flora y en consecuencia su fauna.
Una gran mayoría de esta madera ha sido talada con permiso; pero otra cantidad considerable, supuestamente, sería utilizada para la construcción de viviendas a beneficio de humildes familias campesinas. No obstante, se ha conocido que en realidad es para venderla.
Producto de esta mala práctica, muchos han sido sorprendidos por funcionarios de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM).
Al solicitar la documentación, se determina que muchas veces los permisos especifican una cantidad de pies a cortar y se tala una cantidad superior, o el mismo es utilizado en varias ocasiones.
Al respecto, el director Administrativo Regional de la ANAM dijo que, efectivamente, se está trabajando para contrarrestar la devastación de los bosques. Sin embargo, debido a la dificultad que representa recorrer el difícil territorio bocatoreño, más la falta de equipo y personal, la tarea se hace más ardua, pues son 38 funcionarios para la custodia de más de cuatro mil hectáreas de conservación.