Familiares, amigos, vecinos y compañeros de trabajo del obrero Luis Alberto Barría, quien murió la semana pasada al caer del piso N.� 32 de un edificio en construcción, le dieron ayer el último adiós terrenal.
En la homilía en la Iglesia Nuestra Señora de Lourdes, el sacerdote que ofició la misa resaltó que es fácil echarnos unos a otros la culpa por esta tragedia, pero lo importante es analizar seriamente las causas que llevaron a la misma.
Barría, de 29 años, dejó en la orfandad a tres niñas de 5, 6 y 8 años. El trabajador fue sepultado en el Cementerio de Corozal.