Los médicos del CSC detectaron irregularidades en los test de dopaje internos realizados a Michael Rasmussen, cuando éste formaba parte del equipo danés, por lo que se le prohibió tomar la salida en el Giro de Lucca en otoño del 2002.
Rasmussen fue obligado a retirarse por su equipo, el Rabobank holandés, del pasado Tour de Francia, cuando encabezaba la clasificación general de la prueba, por no haber respetado el código interno de la formación, ya que supuestamente mintió sobre su paradero durante los entrenamientos previos a la carrera.