El inmigrante hondureño Heliberto Chi, culpable de haber matado a un hombre durante un asalto en 2001, se reunió con su familia por última vez en el penal de Huntsville, en Texas (EE.UU.), donde será ejecutado.
Solo un dictamen del Tribunal Supremo de última hora o la clemencia del Gobernador del Estado, Rick Perry, lograría salvarlo de la inyección letal, algo en lo que no pierde la esperanza, dijo su familia.