Ante la devastación causada por los incendios forestales en Grecia, crecía el malestar y la indignación entre la población, que acusa al Gobierno del conservador Costas Karamanlis de ineptitud e ineficacia en la lucha contra las llamas.
Los fuegos han devastado parte del Peloponeso, y el balance de víctimas ya ha alcanzado la cifra de 63 muertos, además de otras 3,000 personas que han perdido sus hogares, informaron las autoridades locales.
El ejecutivo, especialmente presionado a tan sólo 20 días de las elecciones legislativas adelantadas el 16 de septiembre, ha emitido recompensas de entre 100,000 y un millón de euros para encontrar a los pirómanos, responsable de estos fuegos.
En las zonas más afectadas, sobre todo en la península del Peloponeso, al oeste de Atenas, la desesperación e ira de los afectados aumentaban hora tras hora.
Muchos habitantes de aldeas calcinadas o amenazadas por las llamas aseguran en declaraciones a las emisoras locales que las autoridades les dejaron solos ante el peligro.
"El Gobierno es inepto, no puede protegernos. La organización de los trabajos de extinción fue pésima", dijo uno de los afectados en declaraciones a una televisión local.