Carpetas de plástico, lonas o simplemente en la tierra, es donde los vendedores de plátanos al por mayor, procedentes de la provincia de Chiriquí y que acuden dos veces por semana al Mercado de Abastos de La Chorrera, deben exponer para la venta al público sus productos.
La ubicación de los mayoristas es en las afueras de las estructuras del mercado, en un terreno colindante, el cual para la época de lluvias se torna fangoso y en donde no hay como protegerse del mal tiempo.
Fidel Núñez Caballero afirma que le toma unas diez horas llegar desde Puerto Armuelles, provincia de Chiriquí, hasta el Mercado de Abastos de La Chorrera, en donde la "cabeza" de plátano es vendida, dependiendo de la calidad del mismo, desde los B/.5.00 hasta los B/. 9.00, aunque en ocasiones hay que "regalarla en dos balboas para llevar algo".
Asegura que las condiciones de trabajo en el Mercado de Abastos de La Chorrera "todo el tiempo han sido las peores" y, aunque se ha pedido a las diferentes administraciones la construcción de un techo y piso en donde colocar la mercancía, nada se ha podido lograr.
Mucha de la mercancía se daña por estar expuesta por varias horas al sol y aun más durante la temporada de lluvias, lo que ocasiona pérdidas económicas, dijo Caballero.
La excusa que siempre se recibe es la construcción a futuro de un nuevo mercado de abastos, promesa que desde hace diez años no se concreta.
En noviembre del 2002, cuando era director del Instituto de Mercadeo Agropecuario (IMA), Hatuey Castro, se tenía el proyecto del mercado, el cual tendría un costo de dos millones de balboas y el mismo debía estar construido en un plazo de seis meses.