Unos 350 niños en Veraguas trabajan para apoyar a sus padres en el hogar, como consecuencia de la pobreza extrema en que viven.
Según un estudio realizado por Casa Esperanza, la mayoría de los pequeños tienen entre siete y quince años; laboran en las calles vendiendo frutas, limpiando zapatos o cuidando autos en los estacionamientos.
Roxana Méndez, directora Ejecutiva de Casa Esperanza, manifestó que en unas 17 escuelas primarias, la mayoría en la ciudad de Santiago, y otras en el distrito de Cañazas, se detectó el problema.
"Los niños faltaban a sus clases porque se dedicaban a realizar algún tipo de trabajo para obtener recursos económicos para el sustento del hogar", dijo.
Manifestó que aún quedan muchos niños por detectar que tienen que trabajar para resolver la crisis económica en sus hogares, por lo que intensifican el esfuerzo para erradicar e integrar a estos menores al programa que se lleva a cabo en varias escuelas, a fin de que sólo se ocupen de lo que como infantes les corresponde.
"Personal capacitado detectó a los pequeños en las calles laborando. Luego de dialogar con ello, acudieron a sus casas para hablar con los padres y orientarlos", precisó Méndez.
Muchos de los menores que se integraron a sus estudios están mejorando notoriamente sus calificaciones y se han dado cambios en la forma de pensar y actuar. "Ellos acuden a Casa Esperanza, allí se les instruye y ayuda en sus tareas escolares, además se les alimenta", agregó.