Regularmente el fenómeno ocurre siempre entre gente del mismo nivel social.
Apenas alguien logra escalar a una buena posición, va cambiando su ropero con finísimas marcas y perfume de la marca más "chic" para hacerse sentir que ya no es el mismo: es otra persona arriba del nivel de los demás. Y entiéndase por "demás": sus vecinos, sus amigos de la infancia, y hasta muchos de sus propios familiares. �Qué bicho le picó a este?
Los dictadores, reyes y grandes jerarcas un día se creyeron más que los demás, pero �qué pasó con muchos de ellos? Algunos lo perdieron todo y dejaron de ser lo que antes eran por la soberbia.
Creerse más que los demás es una enfermedad llamada YO-YO. Es un enamoramiento a la imagen que proyectamos en el espejo. No hay nadie mejor que yo, es la frase más pegajosa de los enfermos actuales que sueñan con creerse príncipes para todo el mundo los adula.
Este tipo de paciente anda suelto por todos lados del planeta. Los pueden encontrar en Francia como en Panamá. En estos países se pueden hayar en una oficina como en el vecindario.
Son especies de seres místicos que esconden su realidad para vender a los demás su mundo de ciencia ficción, ocultando en realidad que son propietarios de grandes deudas bancarias que los tienen ahorcados y casi en la miseria, todo por querer aparentar que sus autos, sus casas, su computadora, su ropa y todo lo que tienen es mejor que lo que tienen los demás.
Estimado lector, �en realidad crees que esto es lo más importante? Si consideras que lo es, entonces estás equivocado.
Todo lo que sube, tiene que caer. Y cuando nos referimos a caer, no hablamos de que vamos a quedar en "la podrida" o limpios como comenzamos. No estamos hablando de dinero, sino de ego y realidad. Todos esos que se mandan un tiempo de divos, se estrellan cuando alguien les recuerda su pasado, o cuando se dan cuenta de que decepcionan a alguien que fue muy cercano a ellos.
Por favor, este es un país muy pequeño para estar en esas ridiculeces.