El eterno problema de los conductores malcriados sigue provocando polémicas. Los taxis "no voy" mantienen su actitud de elegir a quién brindan el servicio de transporte. El asunto no se limita a evitar llevar pasajeros a sitios peligrosos en la capital, sino a que tampoco son corteses con el público.
La verdad es que muchos ya no quieren transportar al usuario ni a la vuelta de la esquina. Creen que por ser los dueños del auto deben escoger el destino del viajero.
Allí comienza parte del asunto. Si son selectivos, �para qué operan como transportistas públicos? Mejor se van al sector privado y establecen exclusividad de atención. Acabamos con la discordia y el mal trato.
Son muchas las quejas sobre el transporte en Panamá. "Las mismas no se refieren sólo a los buses", me decía un amigo al cual le han pasado cantidad de percances con taxistas.
"Estos señores deben recibir educación, tanto como los buseros y pavos".
Señalaba que "no les importa si al pasajero le molesta el ruidoso sonido de la radio al escuchar la música, porque como es su taxi, son quienes mandan. Suelo quejarme y se disgustan", dijo.
Agregó que cuando no le hacen caso a su petición, pide que paren el auto y se baja del mismo puesto que está pagando por recibir un buen servicio.
Con esta actitud grosera, van a ahuyentar a los turistas a quienes a veces les cobran sumas exageradas", finalizó este usuario.
La pésima costumbre de ciertos transportistas igualmente se aplica en el interior del país. Algunos aducen que los pasajeros también actúan en forma irrespetuosa.
Los panameños deben fortalecer sus llamados a un mejor transporte, porque además del beneficio y seguridad a nuestras vidas, es una forma honesta de ganarse "el pan diario" para un sector de la población nacional.
Transportistas y usuarios deben contribuir al vínculo que los une y que va más allá de un intercambio económico.