Aunque se ha hablado mucho de los peligros que encierra el consumo de sal, es pertinente indicar que la misma es beneficiosa al organismo siempre que sea en pequeñas cantidades.
Los ensayos clínicos revelan que el cuerpo necesita 3/5 de cucharadita (unos tres gramos) de sal al día; de lo contrario sufriría náuseas, se debilitaría y, eventualmente, moriría.
Sin embargo, la mayoría de las personas consume entre cinco y diez veces la cantidad prudencial, lo cual sí resulta peligroso.
El nombre químico de la sal de mesa es cloruro de sodio, y es precisamente el sodio el elemento dañino. Todos sabemos en qué alimentos está presente la sal en grandes cantidades: tocino, bacalao, tasajo; pero la lista de productos no salados que contienen bastante sodio resulta realmente sorprendente y entre los cuales podemos mencionar: Carnes, leche, queso, mayonesa, sopas enlatadas, salsa de tomate, entre otras.
Si a estos alimentos le sumemos toda la sal que se incluye en la cocina y en la mesa, se tendrá una idea de las enormes cantidades de sodio que se consume a diario.
Los médicos asocian el exceso de sal con toda clase de padecimientos, desde los tobillos hinchados hasta los dolores premenstruales. Sin embargo, la hipertensión (alta presión arterial) es el más alarmante de los males que se asocian con la sal.
En términos simples, la presión arterial es la fuerza que ejerce sobre las paredes de las arterias la sangre que fluye a través de más de 100.000 kilómetros de vasos sanguíneos que hay en el cuerpo humano. Cuando esa fuerza es excesiva surge la alta presión, lo cual causa embolia, fallo renal o ataque cardíaco. Por esta razón, en muchas regiones del mundo, a la hipertensión se le considera la causa principal de enfermedad y muerte.
Lo peligroso de la hipertensión consiste en lo silencioso que es. Una persona puede ser hipertensa y puede que no lo sepa, ya que no nota sus síntomas hasta que el mal haya causado estragos irreparables a los riñones, la vista, las arterias o el corazón. De allí la importancia de tomarse la presión con regularidad.