Adquirir comida rápida, en su mayoría cargada de grasa, no es tarea difícil, pues en cada esquina te encuentras con lugares en donde te ofrecen desde papas fritas hasta una costillita de cerdo; y que, a decir verdad, resultan agradables al paladar, pero no son saludables.
Claro, el asunto está en que el simple hecho de comerlo a diario, sin control, puede ocasionar que subas unas libras o que afectes tu nivel de colesterol. Aunque, la excepción del caso sería el hecho de perder peso en vez de ganarlo. Esto, por lo general, ocurre cuando hay un consumo menor de alimentos o a una reducción del aporte calórico de la alimentación.
Sin embargo, también puede ser la consecuencia de problemas de estómago, de hígado, de intestinos o trastornos glandulares.
En la actualidad, el exceso de trabajo y el agotamiento nervioso o psíquico son las causas más comunes de pérdida de peso.
Sin embargo, para que esta situación cambie, existen algunos remedios caseros y naturales que ayudan a las personas a no sólo detener la pérdida de peso, sino también a ganarlo de forma saludable.
Las abuelas y las madres de creencias antiguas afirman que para aumentar de peso se debe consumir, por lo menos, una cajita diaria de pasitas (por un mes); comer una banana con un vaso de leche diariamente, por dos semanas; consumir -diariamente- una taza de avena en hojuelas mezclada con 1 taza de leche; consumir un vaso de leche caliente con una cucharada de miel.
LAS RECOMENDACIONES
Claro, antes de empezar una rutina de alimentación se debe:
Acudir a un doctor: Se aconseja acudir al médico para determinar la causa exacta de la pérdida de peso.
Realizar ejercicios diarios: Si la causa de la pérdida de peso es el estrés o un exceso de trabajo, se recomienda realizar caminatas al aire libre.
Ganar músculo, no grasa: Iniciar un programa de levantamiento de pesas, ya que ayuda al organismo a que aumente de peso muscular en lugar de grasa.
Llevar un registro de lo que se come: Escribir detalladamente en una libreta qué se ha comido, a qué hora y la cantidad.
Llevando un ritmo de vida más sano, tu organismo se verá beneficiado.