La penetración anal es la más conocida de las posturas, y, con un poco de imaginación, se le puede sacar mucho partido a esta forma de tener relaciones sexuales.
Hacer el amor cara a cara es la más común de las formas, por muchas razones, pero para una pareja que haga el amor varias veces a la semana, la penetración por detrás puede ser una nueva manera de introducir un elemento excitante a la vida sexual.
Recientes estudios sobre el punto G indican que esta postura favorece la estimulación de este punto de la vagina. En esta postura, el pene estimula el periné y el punto G a las mujeres que tienen sensibilidad en este lugar. No obstante, a muchas mujeres les resulta especialmente estimulante ser penetradas por detrás porque se sienten especialmente vulnerables, aunque a otras les parece una postura degradante y nada romántica.