El proceso que se sigue en la sandía de exportación es parecido al que se practica con el melón. Para introducirla al mercado internacional también tiene que cumplir con una serie de requisitos, a fin de que cumpla con las normas internacionales, pero que a su vez brinde al productor los rendimientos económicos.
Según Francisco Antúnez, productor y especialista en este rubro, el proceso de empaque y embarque de la fruta, debe pasar por un primer lavado con agua clorada, luego de ser traída del campo a la planta de exportación.
Seguidamente es clasificada por calidad y tamaño y pesadas en sus respectivas cajas. Luego de que los empacadores realizaron ese trabajo, proceden a etiquetar las frutas donde se muestra al consumidor el tamaño, peso y código.
Las cajas de sandías se estiban en palets, es decir, se ubican sobre los palets confeccionados de madera especialmente para la exportación de las frutas; se organizan de modo que garantice que la fruta no se estropeen durante el viaje en los contenedores y lleguen a su destino en buenas condiciones. La fruta es colocada dentro de los contenedores refrigerados a aproximadamente unos 50 grados F.
Pero la sandía tiene que cumplir los mismos requisitos de sanidad, calidad y presentación en el mercado de internacional. Entre los parámetros establecido para que Panamá exporte esta fruta a los Estados Unidos por ejemplo se consideran ciertos parámetros.
Entre ellos: que la fruta este libre de pudrición, marcas producidas por hongos, tierra, quemaduras de sol o granizo. Debe estar en su punto sazón, firmes y con las características propias de la variedad.