Sentado sobre un cajón de soda colocado en la arena de la playa La Ensenada, Narciso Antonio Bethancourt extrae con asombrosa rapidez las entrañas de una gran cantidad de peces que mantiene en una tina de color amarillo, aunque el agua en que están los peces tiene ya la coloración de la sangre.
Esta es la tarea que Narciso realiza cuando no está pescando en alguno de los tantos botes estacionados en la arena.
Mientras conversa, las manos de este pescador manejan con habilidad un pequeño cuchillo, el cual solo deja descansar por segundos en una caja de color anaranjado que le sirve de mesa, en tanto saca las tripas del pescado y que van a parar a un saco.
Según Narciso, un buen día de trabajo escamando y preparando unas 500 libras de pescado durante ocho horas, le representa ganancias de hasta B
40.00. Todo lo cual se invierte en el sostenimiento de la familia.
No obstante, hay días en que a sus bolsillos solo llegan cinco dólares y deben "estirarse" para la comida de todos en casa.
A Narciso le preocupa que algún día tenga que salir de la playa y abandonar este trabajo y añadió que trabajar en el mar ha sido su ocupación por muchos años y la única fuente de trabajo que existe en San Carlos.