Noviembre está a la vuelta de la esquina y con él las tradicionales festividades patrióticas. Pero, desde hace meses un grupo de personas creativas y trabajadoras se encuentran en la confección del emblema nacional para diferentes instituciones, empresas y personas particulares: la bandera.
Itzel de Sarmiento, directora nacional del programa de Producción y Adaptación Laboral del Instituto de Habilitación Especial (IPHE), mencionó que este taller tiene más de treinta y cuatro años de existencia. Pero, la confección y venta de distintos accesorios se da desde hace más de 10 años.
En el IPHE se trabaja desde las 7: 30 a.m a 3: 30 p.m y se dedica las ocho horas de trabajo a la confección de las banderas.
A pesar de que la tela de satín requiere más trabajo, estos chicos le ponen empeño al trabajo final.
FAENA EN CONJUNTO
Como es un trabajo que requiere una gran producción, la cantidad de personas que confeccionan la bandera, depende del tamaño de la misma. Pero para lograr un excelente acabado participan los que sacan las telas del depósito, los que tienden la tela y los que realizan el corte. Además, hay que tomar en cuenta las especificaciones de los colores, los cuadros, las estrellas, las que cosen y las que realizan el trabajo de bordado.
En el taller trabajan más mujeres, y sólo dos hombres. Algunos han cumplido 50 años, de los cuales muchos los han pasado trabajando en la producción de ciertos artículos para la venta.
Uno de los hombres que está en el taller colabora con el tendido de la tela, ya que los rollos son muy pesados. El otro, una vez esté la bandera hecha se encarga de abrir los ojetes.
CLIENTES FRECUENTES
Afirma Sarmiento que en la producción de banderas no hay pérdidas, ya que este instituto cuenta con empresas que todos los años hacen sus pedidos, según el lugar en el que la quieran colocar.
La mayoría de las personas que compra estas mercancías, no toman en cuenta el hecho de que la persona que la confeccionó sea un discapacitado, ya que la ven como personas productivas que tienen el deseo de seguir adelante.
Siempre y cuando se mida a la persona por el sentido de la superación, no hay que tomar en cuenta su impedimento físico, sino tratarlos como persona que pueden ofrecer a otros un producto de buena calidad.
La mayoría de los que trabajan en este taller vienen de escuelas vocacionales, y se han convertido en trabajadores productivos. Un ejemplo para todos.
UN EJEMPLO PARA TODOS
Ahora que están próximos los días, donde ellos verán el trabajo terminado -que les tomó meses realizarlo-, asegura Sarmiento, que se les nota la alegría, y haciendo planes para ir a ver los desfiles, no sólo para apreciar la presentación de los diferentes colegios, sino para observar qué instituciones y empresas han tomado en cuenta su esfuerzo y dedicación.
A pesar de las condiciones económicas en que se encuentra el instituto, la producción de las banderas por años es buena.
Los trabajos en el taller de producción no terminan con los días patrios, ya que por pedido se le encargan sábanas y camisas para hospitales.
Sarmiento puntualizó que, al hablar de la inclusión, hay que ver más allá, pensar que todos somos iguales, incluso en el camino que hay que seguir, el de la superación.