PREGUNTA: Hace unos pocos años tuve un pequeño ataque cardiaco. Mi presión sanguínea siempre estuvo en 135
85, un nivel que consideraba normal. Pero en mi ultimo chequeo, mi doctor dijo que mi presión sanguínea es más alta de lo ideal. �Qué me sucede?
RESPUESTA: Durante la última década más o menos, los estudios han mostrado que para prevenir ataques de corazón y embolias, cuanto más bajo es mejor en lo que se refiere a la presión sanguínea. De hecho, nuevos informes sugieren que los riesgos de una persona se empiezan a elevar con la lectura sistólica (el primer número) justo arriba de 115 mmHg (milímetro de mercurio en el aparato medidor).
Las posibilidades de tener un ataque de corazón o derrame se duplican con cada incremento de 20/10 o encima de 120/80, el nivel considerado saludable. Por lo que en 135/85 usted tiene casi el doble de riesgo con alguien de presión sanguínea saludable.
Estos hallazgos empujaron a los expertos a desarrollar nuevos sistemas de clasificación para la presión sanguínea en 2003. Estos cambios son similares a lo que sucedió con el colesterol, otro gran factor de riesgo que induce a padecer enfermedades cardiacas y derrames.
Cuando los medicamentos de estatina se pusieron disponibles en 1990, los médicos primero se concentraron en reducir los niveles de colesterol en sangre a niveles "normales", siendo la definición de "normal" la de una persona media. Sin embargo, pronto fue claro, que reducir el colesterol debajo de los niveles "normales" redujo el riesgo de ataques fatales y no fatales. De hecho, en las personas que ya padecían de enfermedades cardiacas o que padecían de varios factores de riesgo, muy bajo era mejor que un poquito bajo.
De la misma manera, ahora los expertos también corrigieron las guías para las metas en el tratamiento de la presión sanguínea. Para la mayoría de la gente, los expertos aconsejan a los afectados que cambien su estilo de vida, y de hecho, las medicaciones reducen los niveles en la presión sanguínea a 140/90. Pero para las personas que tienen diabetes crónica o enfermedad de riñones, la meta es 130/80, porque esas enfermedades aumentan el riesgo de padecer problemas de corazón.
Las nuevas guías para la presión sanguínea no indicaron metas específicas para las personas que ya padecían enfermedades cardiacas. Pero eso podría cambiar en el futuro, si se confirman los estudios que se están llevando a cabo. Un estudio siguió a casi 2.000 personas con enfermedades cardiacas que tenían presión cardiaca normal (un promedio de 129/78). Todos recibieron atención médica según sus necesidades, incluyendo aspirina y medicamentos para reducir el colesterol y la presión sanguínea. También cada uno recibió una píldora de placebo o medicamento para reducir la presión sanguínea (amlopidine o enalapril). Ambos medicamentos reducen la presión sanguínea del paciente en un promedio de 5mmHg sistólico y 3mmHg diastólico. Esas reducciones pueden parecer pequeñas, pero los beneficios son grandes. Amlodipine reduce los ataques de corazón y problemas relacionados en un 31 por ciento. Para enalapril, el riesgo cayó en un 15 por ciento.
Estudios anteriores sugirieron que la presión sanguínea sistólica de unos 120 mmHg podría ser mejor para pacientes con enfermedades cardiacas. Se necesita más investigación antes de publicar nuevas guías. Mientras tanto, usted puede ayudar a reducir su presión sanguínea adoptando hábitos saludables. Uno de los pasos más importantes que puede tomar es hacer ejercicios 30 minutos casi todos los días de la semana. Otras cosas incluye: no fumar; pérdida de peso si lo tiene; comer muchas frutas; verduras y productos lácteos bajos en grasas; reducir la sal. Finalmente, las técnicas de relajación, como la meditación, el yoga y los ejercicios de respiración profunda también pueden ayudar a reducir la presión sanguínea.
También podría considerar comprar un monitor casero para medir la presión, que le puede ayudar a establecer una estrategia determinada para mantener la presión sanguínea bien.