Momentos desgarradores se vivieron ayer durante las honras fúnebres del niño Ernesto Mayorga, de tres años, quien anteayer murió atropellado por el propio busito colegial que lo transportaba diariamente.
La misa de cuerpo presente se desarrolló en la Iglesia San Antonio de Padua, ubicada en Villa Cáceres,
Ernesto era hijo único. La iglesia estaba repleta de familiares, amigos y compañeritos del jardín de infancia al que acudía.