Ha sobrevivido a los nueve largos meses de embarazo. Ha superado los nervios del parto y del nacimiento de su primer bebé. Y ahora se dispone a salir del hospital para iniciar su nueva vida en casa con el recién nacido. Pero, en cuanto se cierran las puertas del hospital, se da cuenta de que todavía le queda mucho que aprender y le invade la inseguridad.
APRENDIENDO A CADA PASO
Si usted no se ha relacionado mucho con recién nacidos, es posible que le intimide su fragilidad. He aquí algunas normas básicas a tener en cuenta:
- Tenga cuidado en sostener la cabeza y el cuello del bebé y haga lo mismo cuando lo incorpore, lo saque de la cuna o lo acueste.
- Tenga cuidado en no sacudir nunca al recién nacido, ya sea jugando o por frustración. Los movimientos bruscos del bebé pueden provocarle una hemorragia cerebral e incluso la muerte.
- Si necesita despertar al bebé, no lo sacuda, hágale cosquillas delicadamente en los pies o sóplele en la mejilla con suavidad.
- Asegúrese de que el bebé esté bien sujeto cuando lo lleve en la sillita, el portabebés, el cochecito o la sillita de seguridad para el carro.
- Limite los paseos en coche o cualquier actividad que sea demasiado brusca o que implique sacudir o hacer botar al bebé.
- Recuerde que el recién nacido todavía no está preparado para jugar "a lo bruto", de modo que no se le ocurra lanzarlo por los aires, hacerle "el caballito" u otras cosas por el estilo.
Estos son algunos de los consejos que pueden ayudarnos a vivir una vida más tranquila y segura.