En reciente visita a la provincia de Chiriquí llegué hasta la frontera con la República de Costa Rica y parte de lo que vi, sinceramente me llenó de terror.
En plena calle, en una esquina, sin mayor protección estaba localizado un quiosco lleno de fuegos artificiales, bajo un candente sol y una gran cantidad de público comprando. Pensé en la desgracia que eso podía ocasionar y que ninguna autoridad le prestara atención.
Pensé en que, si en la ciudad de Panamá se están haciendo operativos para minimizar el peligro de una tragedia, por qué en esa parte del país no se toman medidas similares. Pero bueno, esperemos que no haya una mala noticia al respecto.
La verdad es que aprovechando la visita a la ciudad de David quise entrevistar a mi amigo, el profesor Cristóbal Garibaldi, Director Regional del IPACOOP y conocer un poco del movimiento cooperativo en esa productiva región.
Debo confesar que tuve que ocupar más del tiempo designado para la visita, porque el entusiasmo del profesor Garibaldi así me lo exigió.
Me habló de los más de 3.000 asociados a las 74 cooperativas en toda la provincia y la cantidad de seminarios que les han impartido. Sobre cada uno de estos seminarios me habló un poco, así que vine un poco más conocedor con respecto al liderazgo empresarial, relaciones humanas, la importancia de los comités de educación, etc.
Creí que ya estaba bien ilustrado, de que se acercaba el fin de mi visita, pero nuestro interlocutor, casi sin hacer una pausa y con un gesto como a quien se le ha olvidado algo, reinició la conversación con la exposición acerca de la labor que se desarrolla en la Comarca Gnobe Bugle.
Recordó que más de cien cooperativistas habían recibido capacitación de trabajo en equipo y la destacada labor que en ese sentido habían realizado los agrónomos de la institución, creando así igual número de granjas familiares.
Iniciaba la descripción de cómo se había logrado crear esas granjas familiares, los muchos beneficios que de ella derivaban, pero tuve que recordarle al profesor Garibaldi que tenía que tomar el bus que me traería de regreso a la ciudad de Panamá. Con una no disimulada resignación, un "hasta pronto" me despidió mi amigo, el profesor Garibaldi.
