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Atlético de Madrid y Juventus prometen una batalla descomunal en Turín

Nadie se fía en el Atlético, mentalizado, armado y preparado para todas las situaciones que presupone en Turín.
 Cristiano Ronaldo (i) pelea un balón con el centrocampista ghanés del Atlético de Madrid Thomas Partey durante el partido de ida de octavos de final de la Liga de Campeones. /EFE

Cristiano Ronaldo (i) pelea un balón con el centrocampista ghanés del Atlético de Madrid Thomas Partey durante el partido de ida de octavos de final de la Liga de Campeones. /EFE

Por: Turín /EFE -

El Atlético de Madrid reafirma su esencia de la era Simeone rumbo a Turín, escenario de un combate a presión, decisivo y de tensión contra la ofensiva del Juventus y que aborda desde su fuerza defensiva, su contragolpe, su ambición y un 2-0 a favor frente a Cristiano Ronaldo y la voracidad de su rival.

Un choque descomunal para el bloque rojiblanco, como también lo fue el primer duelo del 20 de febrero en el Wanda Metropolitano, del que salió vencedor rotundo, sin matices, capaz de doblegar a uno de los favoritos y al goleador portugués con un marcador indudablemente bueno, pero que no admite confianza, relajación o términos medios.

No se permiten en un choque tan definitivo, tremendo desde todas las perspectivas; desde el ambiente que soportará en contra hasta la concentración, la competitividad, el carácter, la personalidad, la intensidad, la tensión, la eficacia y el talento que exigirá a cada uno de los futbolistas sobre el césped del Juventus Stadium.

El resultado, el 2-0 parcial, está de su lado; la historia de la Liga de Campeones también -esa ventaja fue válida para el ganador de la ida en su casa en 157 de las 186 veces que se dio en el torneo-. Igualmente le avala la era Diego Simeone: de sus 417 marcadores en partidos oficiales, sólo once lo eliminan. Doce fuerzan la prórroga.

También su momento, ganador de sus últimos cinco choques sin un solo gol en contra, incluida la ida ante el Juventus, y con nada más una derrota en sus diez desplazamientos más recientes; el portero Jan Oblak, ya con 112 partidos sin ningún tanto en su portería, o el ataque formado por Antoine Griezmann y Álvaro Morata, con la transcendencia que supondría un gol este martes, que multiplicaría por dos la obligación de su rival: necesitaría cuatro tantos.

Nadie se fía en el Atlético, mentalizado, armado y preparado para todas las situaciones que presupone en Turín. Para una ofensiva local a la que responderá con una de sus cualidades más recurrentes e indiscutibles en toda la era Simeone, la fortaleza defensiva, y una destreza que maneja con soltura, el contragolpe, pero no sólo eso, porque también quiere el gol que simplifique el pase a cuartos.

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