Polinesia Francesa, torrente de colores y aromas (Fotos)

Las Islas de Tahití conforman oficialmente la Polinesia Francesa, y visitarlas significa disfrutar de uno de los entornos más diversos, coloridos y bellos de nuestro planeta. En todas ellas rige una constante: la fantástica mezcla de culturas polinesias y francesas, acompañadas de un clima tropical permanente.
La imagen de tahitianos que se lanzan calurosamente al cuello del visitante para decorárselo con un collar natural de flores, es real; acompañan este saludo con un “Ia Ora na e manava” –hola y bienvenido–, una recepción que ofrecen amorosamente desde este maravilloso lugar. Fotos: EFE


 

Las Islas de Tahití conforman oficialmente la Polinesia Francesa, y visitarlas significa disfrutar de uno de los entornos más diversos, coloridos y bellos de nuestro planeta. En todas ellas rige una constante: la fantástica mezcla de culturas polinesias y francesas, acompañadas de un clima tropical permanente.

Existen cinco archipiélagos importantes: Marquesas, Tuamotu, Gambier, Austral e Islas de Sociedad, donde están las más conocidas: Tahití y Bora Bora.  “Lo habitual es llegar a Tahití, que es la mayor de las islas y que contiene un interior montañoso que alberga valles sagrados, arroyos de aguas cristalinas e imponentes cataratas”, informa a Efe Mónica Asenjo, de la empresa experta en turismo Open Comunicación.

“La mayor parte de la población vive cerca de la costa de Tahití, por lo que el interior prácticamente no ha cambiado desde hace siglos, pese a la proximidad con Papeete, que significa “cesta de agua”, ya que era antaño un lugar de reunión donde los tahitianos iban a llenar sus calabazas con agua fresca”, indican desde Tahititourisme.es.

Moorea es la segunda isla en tamaño del Archipiélago de Sociedad. Es una isla volcánica y está a solo 30 kilómetros de la capital. Entre sus joyas encontramos una de las lagunas más bellas del país en la que se puede hacer snorkel y buceo.

Bora Bora es el paraíso del snorkel y el buceo. Se encuentra a unos 50 minutos en avión de la capital. Lo que más impacta al contemplarla desde el aire es su laguna plena de tonos azules y verdes. Es la isla de los enamorados.

Taha'a, conocida como la Isla de la Vainilla, sobre su tierra se encuentran las plantaciones más grandes e importantes del país en el cultivo de esa especia. En Taha’a se obtiene el 80% de la producción total del país. Es por ello que siempre se percibe un dulce y suave aroma a vainilla al recorrer la isla.

Tetiaroa, es un santuario para aves, tortugas y todo tipo de especies marinas, pero además Tetiaroa es venerada por los tahitianos que la consideran un lugar sagrado. Era el lugar de vacaciones reservado para la realeza tahitiana. No resulta sorprendente que Marlon Brando se enamorase del lugar durante el rodaje del “Motín a bordo” en 1960 y más tarde se convirtiese en su propietario. A día de hoy sigue perteneciendo a la familia Brando.

Las Islas tahitianas albergan también el mayor santuario marino del mundo, refugio para numerosas especies protegidas como ballenas, tortugas marinas, rayas y más de 20 especies de tiburones.

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