Fernando Rodney y su plátano mágico
República Dominicana confirmó ser de punta a punta el mejor equipo del III Clásico Mundial de Béisbol, pero el tema de conversación luego de la resaca de
República Dominicana confirmó ser de punta a punta el mejor equipo del III Clásico Mundial de Béisbol, pero el tema de conversación luego de la resaca de la celebración por el título es todavía el “poder del plátano mágico” de su cerrador Fernando Rodney.
Desde la victoria ante Holanda, que clasificó a Dominicana a la final contra Puerto Rico, el cerrador quisqueyano fue el foco de atención al vérsele en la cueva del equipo cargando el plátano de la suerte en el pantalón, como si fuese una pistola.
Tras anotarse el séptimo rescate en este Clásico, en la victoria por el título, un récord absoluto en la historia del torneo, Rodney mostró el plátano en medio del festejo dentro del terreno de juego.
Lo considera como un amuleto de buena suerte: “Ganamos con el plátano”, dijo Rodney, autor también de la celebración de la flecha que apunta al cielo tras las victorias.
El director dominicano Tony Peña ni se inmuta con el ingenio de sus dirigidos. “En el béisbol hay que divertirse, estar relajado, y los muchachos buscan hacer cositas para motivarse”, dijo el experimentado timonel, que añadió: “Me sorprendió cuando lo vi con ese plátano en el costado, lo sacó y me eché a reír. En el medio de un juego, todos estaban muertos de risa. Eso ayuda al equipo, se necesita un poco de diversión, estar suelto. Estoy feliz que lo haya hecho”.
Fueron ocho las victorias que cosechó al hilo la novena dominicana en este Clásico y para muchos el plátano fue su amuleto de la suerte, principalmente para el taponero Rodney.
“Le fue bien con eso”, dijo el abridor Vólquez, quien se acreditó la victoria en la semifinal ante Holanda, tras una segunda apertura seguida en la que comenzó descontrolado.
La euforia por el plátano fue tanta que al estadio quisqueyano, donde se transmitió la final en pantalla gigante, los aficionados llevaron hasta cabezas completas de plátano para apoyar a su equipo.
Otros armaron cartelones con plátanos en sus esquinas o mantenían uno en cada mano, en señal de unión con sus peloteros.
En el AT&T Park de San Francisco, donde los quisqueyanos se coronaron campeones, también se veía a fanáticos con plátanos para alentar a los suyos y la estrategia dio resultado: son campeones.