El no a la reelección
Al parecer, hasta ahora al votante panameño sólo le interesa impedir que el grupo político al que pertenece el presidente de la República en ejercicio no repita, los demás pueden.
Hace algún tiempo pregunté a un amigo el por qué siempre votaba por la persona que era representante de su corregimiento en todas las elecciones, su respuesta fue simple: "es la única que conozco, los demás no sé quiénes son."
La contestación de mi amigo, un profesional con licenciatura y estudios de postgrado a su haber, me dejó pensativo varios segundos tratando de procesar su lógica y, al final, sólo le pude decir "si eso tiene valor para ti, magnífico."
La conversación se originó porque, en mi calidad de reportero, me había correspondido cubrir el Consejo Municipal de Panamá donde se escenificaba una batalla campal entre algunos concejales, la administración alcaldicia y algunos medios, saliendo a relucir algunos temas un tanto embarazosos.
Pero, en fin, independientemente de aquel sainete en el Palacio Demetrio H. Brid, la mayoría de los representantes de corregimiento de esa época continuaron allí gracias al voto popular y, algunos, todavía siguen siéndolo.
Al parecer, hasta ahora al votante panameño sólo le interesa impedir que el grupo político al que pertenece el presidente de la República en ejercicio no repita, los demás pueden.
He visto, en redes sociales, que se han convertido en una suerte de parque de Santa Ana del nuevo milenio, una campaña dirigida a que los electores panameños no reelijan a ninguno de los actuales funcionarios que recibieron el mandato popular en las elecciones de 2014. Se esgrimen razones interesantes, pero ¿qué pasará por la mente de esos miles y miles de votantes en todo el país? No tenemos ningún estudio científico que nos los muestre, pero la historia nos puede dar algunas pistas.
Traté de buscar en Internet alguna información acerca del porcentaje de funcionarios reelectos en Panamá, elección tras elección, pero no encontré nada. Lo que sí encontré fue una publicación de El Panamá América del 6 de mayo de 1999 en donde relatan la alta reelección de legisladores ese año: "Contrario a todos los pronósticos y las apuestas hechas, los actuales legisladores lograron el porcentaje de reelección más alto que han tenido los miembros de este órgano del Estado en la historia republicana panameña.
Por lo menos unos 30 legisladores, en su mayoría del Partido Revolucionario Democrático (PRD) lograron concretizar la anhelada reelección que les garantiza por lo menos cinco años..."
Estas primeras líneas del escrito dibujan claramente que en aquel tiempo, igual que ahora, había una intención de que los legisladores no se reeligieran, pero el resultado fue todo lo contrario. La publicación que cito es interesante porque además describe con nombre y apellido a los legisladores reelectos y menciona desde cuándo estaban en la Asamblea, algunos habían empezado en la Asamblea Nacional de Representantes de Corregimiento y en el Consejo Nacional de Legislación, entes creados a la sazón del régimen militar en su Constitución de 1972.
El artículo que he mencionado se titula "¿Es suerte o astucia la reelección?"
Como escribí al principio, los votantes panameños, al parecer, solo tienen reservas con la reelección de quienes dominen el Órgano Ejecutivo. Mi amigo y ex compañero de la secundaria, Harry Brown, sociólogo y cientista político, en su libro "Partidos políticos y elecciones en Panamá: un enfoque institucionalista," describe las diferencias de las elecciones de diputados y presidente de esta forma: "en Panamá la elección presidencial y las legislativas se realizan simultáneamente, no obstante, no hay boleta única y tampoco voto único. De tal manera que la interrelación de ambas elecciones es de intensidad baja."
Es esa baja intensidad la que provoca que elección tras elección algunos candidatos les digan a sus potenciales electores algo como, "vota como quieras para presidente, pero vota por mi." ¿Le suena familiar?
Los candidatos a representantes y diputados logran una especie de conexión con su público lo cual les facilita su eventual reelección. Como las circunscripciones son tan pequeñas, es fácil establecer un vínculo que, en muchos casos, es estimulado con la dotación de insumos de todo tipo, nombramientos, becas y un sinnúmero de beneficios que emanan del Presupuesto General del Estado.
Pero hay más, la historia reciente de nuestro país da cuenta que hay personas que han sido considerados como "buenos legisladores" y no recibieron los votos necesarios para su reelección. En términos generales esos buenos hombres y mujeres se dedicaron estrictamente a las funciones constitucionales y legales de su cargo como diputados.
Hasta ahora la campaña anti reelección la he visto en Twitter básicamente. Sin embargo, una publicación del 9 de agosto de 2017 de la página en Internet "Tendencias Digitales" revela, en un artículo titulado "Penetración, hábitos y medios sociales en Panamá," que en el ranking de los medios sociales, Twitter tiene una penetración del 31% (Estudio usos de Internet en Latinoamérica 2016. Tendencias Digitales). La publicación indica que Facebook, YouTube e Instagram son, en ese orden, los preferidos según la citada investigación.
Con esos datos, no encontré ninguno más reciente, repito la pregunta, ¿qué pasará por la mente de esos miles y miles de votantes en todo el país?