Opinión - 02/11/13 - 02:11 AM

Día de Difuntos

Quién no ha enterrado a un familiar, quién no ha experimentado lo que es llorar y quién no ha sentido ese nudo en la garganta que se produce en momentos en que el dolor se apropia del corazón.

Por: -

Redacción

Quién no ha enterrado a un familiar, quién no ha experimentado lo que es llorar y quién no ha sentido ese nudo en la garganta que se produce en momentos en que el dolor se apropia del corazón.

El Día de los Difuntos nos hace recordar que muchos nos llevan la delantera, han partido por delante hacia el más allá.

El perder a alguien cercano nos pone a meditar sobre lo frágil que es la vida y sobre la necesidad de mejorar nuestras actuaciones para dejar un legado de la trayectoria de cada ser humano. Que la gente te recuerde por algo bueno. Todos tenemos defectos y virtudes, pero que sean estas últimas las más y no las menos.

Al mismo tiempo, el Día de los Difuntos es la víspera del inicio de las fiestas patrias. Por eso este día también debemos verlo con el prisma del patriotismo, analizando detenidamente el aporte de nuestros próceres para fundar y

consolidar la nación.

El silencio, propio de esta fecha, debe convertirse en una canción que enaltezca las bases de la República, pues han sido muchos los aportes que connotados ciudadanos dieron para que Panamá sea la nación que es. El hermano, padre, madre o abuelo que ya no están. Merecen recordación permanente. Los ciudadanos deben volcarse a los campos santos a llevar flores y elevar una oración.

Sin embargo, "nadie muere cuando es enterrado, sino cuando se le olvida", bajo esta premisa debemos tener presentes que si olvidamos nuestra historia patria nos estaríamos condenando a enterrarla, al igual que nuestra propia identidad de nación libre y soberana.

La tarea de mantener vivo un sentimiento es una función de los que sobreviven.


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