‘Pajaritos preñados’

Hay gente que peca en la ignorancia, viviendo en la inocencia cual Adán o Eva en el Paraíso. De que todo está bien, que este es el “País de las Maravillas”. Solo basta ver el discurso en Naciones Unidas del otro, al que por cierto, nadie prestó atención, ante la cantidad de utopías que narraba en un foro internacional sin audiencia.

La verdad cruda de nuestro país y el mundo lo palpamos todos los días. Mientras ciertas autoridades viven pensando en “pajaritos preñados”, la crisis económica y la inseguridad se convierten en prioridades de todos los panameños. Quedé sorprendido al observar el pasado fin de semana la increíble alza de productos fuera del “Control del Precios” impuesto políticamente por los varelistas.

Al pagar $50 en un cajero de supermercado promedio, de inmediato recuerdo los $58 que mensualmente íbamos a recibir en nuestros bolsillos, por hipotéticos ahorros en compras. Van tres años del actual gobierno y nos deben $2,204 de esa promesa electorera. Si la economía está mal para quienes forman parte de la clase media, ¿cómo harán los pobres para sobrevivir diariamente?

La inseguridad es otro dilema cotidiano. Los delincuentes roban a mansalva y hurtan sin importar que uno sea humilde. Aunque los voceros del oficialismo dicen que bajaron las cifras de homicidios, ¿por qué no revelan los datos de asaltos a mano armada a transeúntes o viajeros en transporte público? Claro, no les conviene ver la realidad.

Pero la cereza del helado es la seguridad civil. Mientras devastadores cataclismos ocurren en la región, por ejemplo, México, Puerto Rico y Antillas Menores, al Cuerpo de Bomberos, Sinaproc, Hidrometeorología de Etesa o Geociencias de la Universidad de Panamá se les recortan fondos o no poseen recursos para enfrentar calamidades naturales.

El colmo de todo es escuchar que para la Prevención Civil se disponga de un ínfimo presupuesto, no mayor de un $1.3 millones. En otras latitudes, las arcas del Estado se priorizan en garantizar la vida de los ciudadanos y estar preparados ante posibles desastres, en vez de gastar plata en viajes faraónicos de algunos funcionarios o banquetes suntuosos en San Felipe.

A los lectores. Debemos exigir a las autoridades que nos hablen con sinceridad y trabajen realmente para el pueblo panameño. De lo contrario, seguiremos en crisis constante o que, en cualquier momento, una calamidad nos puede agarrar con los pantalones abajo. Dios nos libre de esas desgracias.

Larga vida y prosperidad para todos. Saludos, amigas y amigos...