Soñando con una ciclovía metropolitana
Por: Redacción -
Tuve un sueño como tantos los pudo haber tenido Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, quien sostenía que los sueños son deseos reprimidos que buscan salir del subconsciente al mundo exterior.
Con los constantes tranques vehiculares que vivimos a diario, una de estas noches muy agotado por la jornada laboral, mi mente dio rienda suelta a la imaginación. Soñé con una extensa ciclovía que partía desde la Cinta Costera y terminaba en la salida del Corredor Sur, donde se inicia el tramo de la carretera Panamericana, en la 24 de Diciembre.
Veía en el sueño cientos de personas desplazarse en bicicletas y motocicletas, con mochilas a sus espaldas, por los hombros del Corredor Sur, separado por un extensa barrera New Jersey de plástico y en algunos tramos de concreto, colocada a lo largo de esta importante vía de desahogo vehicular.
Funcionaba eficientemente y a plena capacidad, pues los separadores eran de plástico, color rojo y estaban rellenos de agua, pues les permitía a los operadores del sistema su reubicación de forma rápida y práctica.
También observaba a unidades del Tránsito haciendo inspecciones periódicas en el trayecto de esta ciclovía, la cual contaba con amplios aparcaderos en los predios de la Cinta Costera y rotonda de la Plaza 5 de Mayo.
Despierto bruscamente al sonar la alarma de mi celular a las 4:00 a.m., para iniciar una nueva jornada de trabajo, pero quedó grabada en mi mente una interrogante: ¿será tan difícil llevar a realidad un sueño como éste?
Con tantas obras de infraestructura vial que se vislumbran en el área metropolitana, me dije a mí mismo,