Talento

Un varón orgulloso de su hijo decía: Quisiera que mi primogénito sea un doctor o un abogado. Quizás muchos opinan igual, sin embargo, con el pasar del tiempo sufren una gran decepción, pues su hijo muestra otros intereses y con los cuales va descubriendo aptitudes y destrezas que las va perfeccionando hasta lograr resultados sorprendentes. Y no necesariamente tienen que estudiar medicina o derecho para alcanzar el éxito. Ante estos resultados, los padres están llamados a estar allí, respaldando el talento de sus hijos.

Hace unos años, un vecino le exigía a su hijo que estudiara medicina, pues él quería saldar una deuda moral que había guardado por mucho tiempo, pues esa era la profesión que él quería, sin embargo, las limitaciones en las que creció se lo impidieron; ya con un poco de solvencia económica, pensó que lo podía lograr a través de su hijo, quien llegó a estudiar lo que quería su padre y cuando se graduó lo primero que hizo fue expresarle: Aquí está su diploma papá, ahora voy a estudiar lo que a mí me gusta, unos años después se graduó de ingeniero electromecánico.

Tener talento es ser dueño de un don que se disfruta con pasión. Como diría nuestra apreciada maestra Rosa Moreno, el talento es una manifestación de la inteligencia emocional; también puede ser heredado o adquirido mediante el aprendizaje. El padre de familia al que le gusta pintar o que canta y sus hijos viven esta experiencia, tienen una gran posibilidad de heredar este talento, pues es el ambiente en el que se desenvuelven; y así en todas las profesiones. Los padres de familia o tutores tienen que ser muy observadores para poder identificar las destrezas de sus hijos.

En la Eucaristía del domingo se estudiaba la parábola de los talentos que no son más que los dones y gracias que Dios nos concede, y que deben ser utilizados con fidelidad sin abusar de lo que Dios en su bondad nos otorga.

En mi Panamá, el país de las oportunidades, se vive constantemente descubriendo en su gente, nuevos talentos que esperamos sigan floreciendo al servicio del que más los necesita y no buscando enaltecer sus propios ideales y placeres del mundo.