Experto en conducta de “maras” describe crímenes atroces

Israel Pico, perito arqueólogo forense de nacionalidad salvadoreña, se encuentra en Panamá realizando una labor de acercamiento con grupos en riesgo social, y quien ha tenido un contacto directo con víctimas y victimarios de los maras de Centroamérica, muchos de los cuales hoy dan testimonio de cómo fueron salvados de las garras del crimen y la delincuencia. El experto, quien fue invitado por la Policía Nacional acantonada en Arraiján, fue abordado cuando dictaba una charla a un grupo de jóvenes de San José, en el corregimiento Juan Demóstenes Arosemena de ese distrito, a quienes expuso ejemplos crudos de varios de los crímenes atroces que han cometido los “Maras Salvatrucha” en Centroamérica. “Los casos de personas descuartizadas que se han visto en Chame y La Chorrera en Panamá hace poco tiempo son reflejos pálidos de lo que se vive a diario en el istmo centroamericano. Allá en nuestros países no sólo pagan quienes están directamente vinculados a las pandillas maras, sino también sus familiares aunque sean infantes de brazos, criaturas inocentes que nada tienen que ver con la conducta de los adultos”, indicó Pico mientras ilustraba con fotos horribles su peculiar testimonio para convencer a los jóvenes panameños que “el crimen no paga”. Con relación a los actos que cometen jóvenes panameños y que han impactado a la comunidad y las acciones que se realizan para sacarlos del mundo en que viven, el técnico salvadoreño lamentó que se le dedique poco dinero a programas de resocialización y que muchas personas, especialmente profesionales que pueden ayudar a atender esta problemática, no se integren a los programas existentes. Pico manifestó que justifica la alarma que han causado en Panamá los pocos casos de asesinatos y ataques fuera de lo normal ocasionados por jóvenes delincuentes, pero increpó las acciones que se toman con esos mismos delincuentes que no reciben el tratamiento adecuado ya que en estos vasos deben mezclarse tratamientos psicológicos, la certeza del castigo por la falta grave que se cometió, y la aplicación de acciones conducentes a su reinserción en la sociedad como entes productivos. “Tenemos que hacerlos sentir como entes valiosos, útiles, no escorias porque ese trato los hace más agresivos”, recalcó el psicólogo. En la iglesia Averiana de San José, en Arraiján, muchos de los jóvenes que concurrieron a la charla del visitante centroamericano se mostraron receptivos, aunque algunos otros se mostraron escépticos, lo que no extrañó al orientador quien señaló “que esa actitud es propia de quien jamás ha sido tocado por un llamado a la reinserción y que considera que nacieron para vivir en el mundo delictivo, pero nuestro deber es atraerlos , no distanciarlos”.