Último adiós a niña asesinada

Las lágrimas, los sentimientos de dolor y reclamos de justicia se juntaron durante el sepelio de Cristani Grand, realizado ayer en el templo Bethel, el cual se quedó chico para la cantidad de personas que se juntaron para despedir a la pequeña de seis años.

La carroza que transportaba el cuerpo de Cristani, quien en vida soñó con ser maestra, llegó a su casa en La Doradilla a las 10:40 a.m., en donde era esperada por sus vecinos y familiares.

El féretro de color rosado permaneció 10 minutos en la sala de la casa, en donde los gritos y el llanto de Ivonne Bastista Meléndez, madre de la pequeña Cristani, conmocionaron a los presentes.

Posteriormente, el ataúd fue trasladado al templo Bethel, ubicado a unos cinco minutos de la casa de la familia Grand Batista, el cual ya se encontraba lleno a su capacidad. En pocos minutos, el féretro quedó cubierto de flores por los asistentes.

Una foto de Cristani luciendo un lindo vestido fue colocado sobre su ataúd, al tiempo que quienes fueran sus compañeritos de kinder colocaban flores rojas y blancas sobre el féretro.

Durante la ceremonia, el pastor Ovidio Murillo instó a la familia a buscar sosiego en Dios y dejar que la justicia terrena haga su trabajo, además de exhortarlos a no buscar la venganza, puesto que ese no es el camino.

Por su parte, Genaro Grand, el abuelo de Cristani, quien fuera asesinada por José Eduardo Frías, hijo de su padrino de bautizo, reiteró que jamás se esperó que fuera una persona tan allegada a la familia quien le arrebatara la vida a su nieta.

“Cristani era una niña alegre, a la cual le gustaba cantar y alabar a Dios. Le gustaba conversar con todas las personas aun cuando no las conociera”, relató el abuelo paterno durante la ceremonia.

Uno de los momentos más conmovedores de la ceremonia fue cuando la familia de Cristani se juntó para que el resto de la comunidad orara por ellos y acompañarlos en su dolor.

Entre los asistentes al funeral estaba quien fuera padrino de la pequeña Cristani, quien también expresó su dolor por la muerte de la menor y pidió perdón por la acción cometida por su hijo.