Elijah Wood olvida a Frodo y abraza el terror con 'Maniac'
El filme, se centra en la atormentada figura de Frank (Wood), el propietario de una tienda de maniquíes cuya vida cambia cuando conoce a una joven artista (Nora Arnezeder) en busca de ayuda para su exhibición.
Los Ángeles
EFE
Elijah Wood es consciente de que su nombre irá asociado para siempre al papel de "Frodo" en la saga de "Lord of the Rings", pero eso no le impide asumir nuevos retos en su carrera como el que afronta en "Maniac", donde da vida a un implacable y trastornado asesino en serie.
"Los mejores remakes son aquellos que están hechos por gente que realmente quiere aportar algo nuevo con su visión", dijo el actor en un encuentro con un grupo reducido de medios.
"Me interesan las propuestas que quieren contar algo nuevo y que creativamente se distinguen de las películas originales. Si el único objetivo es copiar la antigua, se huele a la legua", añadió.
El filme, una nueva versión del clásico de culto dirigido por William Lustig en 1980, se centra en la atormentada figura de Frank (Wood), el propietario de una tienda de maniquíes cuya vida cambia cuando conoce a una joven artista (Nora Arnezeder) en busca de ayuda para su exhibición.
La amistad entre ambos provoca que la obsesión del protagonista aumente de forma exponencial y se origine en él una poderosa obsesión, reprimida durante años, por acosar y asesinar a un determinado tipo de mujeres, algo a lo que asiste el espectador siempre desde el punto de vista del asesino, una de las grandes novedades que presenta el filme.
"No había visto la película original cuando me comprometí a hacer el filme", apuntó Wood. "Quise establecer el personaje desde mi perspectiva y con lo que decía el guión. La cinta original es realmente un producto de su tiempo. Plasmaba la suciedad y el peligro de Nueva York en esa época de forma que casi se olía. Sería difícil hacer algo similar hoy día", sostuvo.
El actor de 32 años reconoció que su personaje dista mucho del creado por Joe Spinell en el filme original, una especie de ogro repulsivo, gordo, sudoroso y mucho más fuerte que él, por lo que optó por crear un tipo más refinado, casi perteneciente a otra época, aunque igual de mortífero.
EFE
Elijah Wood es consciente de que su nombre irá asociado para siempre al papel de "Frodo" en la saga de "Lord of the Rings", pero eso no le impide asumir nuevos retos en su carrera como el que afronta en "Maniac", donde da vida a un implacable y trastornado asesino en serie.
"Los mejores remakes son aquellos que están hechos por gente que realmente quiere aportar algo nuevo con su visión", dijo el actor en un encuentro con un grupo reducido de medios.
"Me interesan las propuestas que quieren contar algo nuevo y que creativamente se distinguen de las películas originales. Si el único objetivo es copiar la antigua, se huele a la legua", añadió.
El filme, una nueva versión del clásico de culto dirigido por William Lustig en 1980, se centra en la atormentada figura de Frank (Wood), el propietario de una tienda de maniquíes cuya vida cambia cuando conoce a una joven artista (Nora Arnezeder) en busca de ayuda para su exhibición.
La amistad entre ambos provoca que la obsesión del protagonista aumente de forma exponencial y se origine en él una poderosa obsesión, reprimida durante años, por acosar y asesinar a un determinado tipo de mujeres, algo a lo que asiste el espectador siempre desde el punto de vista del asesino, una de las grandes novedades que presenta el filme.
"No había visto la película original cuando me comprometí a hacer el filme", apuntó Wood. "Quise establecer el personaje desde mi perspectiva y con lo que decía el guión. La cinta original es realmente un producto de su tiempo. Plasmaba la suciedad y el peligro de Nueva York en esa época de forma que casi se olía. Sería difícil hacer algo similar hoy día", sostuvo.
El actor de 32 años reconoció que su personaje dista mucho del creado por Joe Spinell en el filme original, una especie de ogro repulsivo, gordo, sudoroso y mucho más fuerte que él, por lo que optó por crear un tipo más refinado, casi perteneciente a otra época, aunque igual de mortífero.