Las 4 experiencias más asquerosas de 4 actores porno

Estas son cuatro confesiones no aptas para puritanos. Si te consideras una persona impoluta, toma las precauciones antes de leer estas historias...

Por: Tomado de Vice.com -

Todos hemos cometido algún que otro error en el trabajo. A los camareros se les caen los platos, los informáticos teclean mal los datos, los futbolistas fallan un “penalty”, entre muchas otras cosas. Pero cuando eres una estrella porno y tu trabajo es follar frente a la cámara, las metidas de pata te llevan a situaciones que a nadie se le ocurrirían... Entrevistamos a cuatro estrellas porno y nos confesaron sus más penosas y asquerosas experiencias... Estas son cuatro confesiones no aptas para puritanos. Si te consideras una persona impoluta, toma las precauciones antes de leer estas historias... KEIRAN LEE: LA “MILF” QUE NO ERA “MILF” Cuando grabas en Inglaterra, siempre te topas con uno o dos directores que en su momento fueron actores y no lo han podido superar. Trabajé con un director que pudo, o no, haber estado celoso de sus actores. Nos dijo a mi amigo y a mí: “OK, tengo a una 'milf' [mujer madura sexualmente deseable] increíble esperando a las afueras de la ciudad. ¿Quieren hacer la escena?”. En ese tiempo, acabábamos de empezar nuestras carreras y aceptamos sin pensarlo. Entonces, mi amigo y yo condujimos tres horas para llegar hasta allá y la mujer no era ninguna “milf”. Tenía como 68 años, pero parecía que tenía más de 78. El trayecto había sido tan largo que dije: “¡A la mierda! Aún así podemos grabar la escena”. Tiramos una moneda al aire para ver quién se la follaba primero y perdió Danny, mi amigo. Dijo que haría tres posiciones: de perrito, “reverse cowgirl” y la cucharita, todo para no verle la cara. Empezaron y durante la primera posición, ella lo interrumpió y empezó a besarlo, pero él dijo: “¡Nada de eso!”, subió las escaleras y empezó a vomitar en el baño. Por alguna razón, yo tenía el pene erecto. Estaba listo. Comenzamos a grabar la escena. La penetraba tan fuerte que todos en el set temían que a ella le fuera a dar un paro cardíaco. Estábamos follando de forma normal —el pene en la vagina—, pero me la estaba follando tan fuerte que ella terminó defecando. Todo estaba cubierto de mierda: ella, la cama y yo... MICHAEL LUCAS: LA ESCENA TIENE QUE CONTINUAR Esta historia no me pasó a mí, sino que la grabé. En la industria de las películas para adultos gay trabajamos follando analmente, y cuando follas de esa manera, pasan ciertas cosas. Estábamos grabando una escena muy sensual —era tan romántica, cariñosa, íntima— y no dejaban de besarse y acariciarse. Los hombres eran muy guapos: uno era un argentino moreno y el otro un americano rubio y musculoso. Todo iba bien. Empezaron besándose, luego se pusieron a practicar sexo oral mutuo y terminaron penetrándose. Mientras follaban, le dijimos al argentino que se abriera más para que pudiéramos ver todo. Cuando el gringo estaba a punto de penetrarlo, el argentino expulsó un chorro de diarrea, acertándole en la boca al rubio. El tío vomitó sobre la espalda y sobre las nalgas del otro. Pero la parte interesante es ésta: Se limpiaron, cambiamos las sábanas, pusimos ambientador en el cuarto, abrimos las ventanas y decidimos retomar la escena desde donde nos habíamos quedado. Todo iba bien esta vez, hasta que el americano empezó a llorar. Pregunté: “¿Por qué lloras? No es tu culpa”, y contestó: “Soy un profesional y no debí haber vomitado”. Se sentía mal porque pudo haber hecho que el otro se sintiera mal, pero ¡fue él al que bañaron de diarrea! EVA ANGELINA: AGUA SUCIA Mi escena más penosa sucedió justo cuando empezaba con el sexo anal. Empezaré por contarles que terminamos teniendo que re-agendar la fecha y la hora de la grabación. En aquellos tiempos yo tenía una rutina de preparación para las escenas de sexo anal. Normalmente cenaba algo ligero la noche anterior y me tomaba unas pastillas de amonio para detener la digestión; luego me hago un enema. Por la mañana vuelvo a tomar pastillas de amonio y me vuelvo a limpiar el ano para que no haya problemas al deslizar. Y finalmente, como tengo un ano muy apretado, me paso todo el día con un “butt plug” para que se dilate un poco. En este punto de mi carrera ya estaba familiarizada con los enemas, pero esa vez no funcionó. No sacaba caca, sino agua sucia. Por más que lo intentaba, el agua no salía limpia. Llegué al extremo de que tenía tanta agua en los intestinos como si me hubiera hecho un lavado de colon. Estábamos grabando una escena de sexo anal y se suponía que incluía un ATM (“Ass to mouth”). Yo ya había estado goteando un poco a lo largo de la toma, pero cuando llegamos a esa parte, nos dimos cuenta de que mi cara estaba llena de agua manchada de caca. No había manera de que pudieran editar para que se viera normal... JOHNNY SINS: AMOR ARDIENTE Las peores escenas suceden cuando estás a punto de hacerte daño. Hubo una vez en que hacía el papel de bombero y tenía que darme prisa para entrar en la casa y salvar a Nikki Benz. Los presupuestos para los rodajes porno no son muy altos; el asistente de producción tenía un encendedor y una lata de laca para el pelo para crear el efecto del fuego. Yo tenía que entrar corriendo a la casa y él prendería para hacer una pequeña explosión detrás de mí, pero el chico lo hizo justo cuando yo estaba entrando en la casa. Me prendió fuego. Fue como si todo, de repente, se moviera a cámara lenta. Temía que mis cejas se hubieran quemado o que mi cara estuviera toda quemada. Afortunadamente, solo se me quemó la camisa. Ahora que lo recuerdo, no puedo creer que hiciéramos eso: ¡Una escena con fuego de verdad!
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