Nacidas de las manos de hábiles artesanos y puestas a la venta a orillas de la vía que conduce al Valle de Antón, es donde los turistas pueden encontrar desde una pequeña figura de barro, hasta un juego de sala confeccionado a mano y en madera de diversas clases.
En algunos casos se trata de jóvenes artesanos que aprendieron el oficio de la mano de sus padres y que se han encargado de expandir el negocio familiar y aportar nuevas creaciones.
Omar Herrera asegura que aprendió esta profesión, viendo a sus primos y a su familia y desde entonces han transcurrido 15 años, en los que ha aprendido a confeccionar muebles, bares, mesas, y otros artículos de madera.
Omar solo se vale de un formón, un afilado machete, el martillo y una cinta métrica para labrar madera de árboles como Espino Blanco, Teca y Espino Amargo, los cuales difícilmente son obtenidos en el área, por lo que en los últimos años deben comprarla.
Crear un juego de sala, a este artesano, le toma una semana, incluso se le da el acabado final.
Los precios de estos muebles rústicos es de B/.200.00, aunque en el regateo puede bajar a los B/180.00, siendo el precio límite.
Este tipo de muebles se mantiene en un sitio seco, lo que garantiza su durabilidad, prueba de ello asegura Omar, es que clientes viejos han traído sus muebles para que les sean reemplazados algunas partes que se han roto o deteriorado.
Toda la madera utilizada para la confección de los muebles es curada en el taller para evitar que sea consumida por la polilla.