Edgardo Sánchez mantiene su taller al igual que el puesto de venta en el sector de El Espino en el corregimiento de las Uvas, distrito de San Carlos.
Confiesa que son ya cinco años los que tiene de estar trabajando artesanías en barro, tarea esta que aprendió de su progenitor. Según él, las ventas el pasado año fueron regulares, aunque al final de cada año siempre hay más movimiento de mercancía.
Agrega que aprendió a hacer diversos tipos de trabajo y que son vendidos a precios que van desde un balboa hasta B/150.00 o más. Sus clientes más asiduos son quienes mantienen casas a orillas de la playa, específicamente entre Gorgona y Santa Clara y que buscan adornos para jardines y potes para sembrar plantas.
Además, hay quienes le hacen pedidos especiales como fuentes de agua y potes de un tamaño específico. Aunque para su familia no es problema conseguir el material con que confeccionar las artesanías, ya que cuentan con terrenos con buen barro. Hay quienes deben comprarlo a diversos precios.
Para Sánchez no es un problema que exista mayor número de artesanos en el Valle de Antón, por el contrario, a medida que los visitantes avanzan en el camino, deciden detenerse y consultar precios para así tener una idea de los precios y la calidad.
Para este artesano, la razón de que cerrara sus puertas el Mercado Artesanal que funcionaba en este corregimiento fue la mala administración, ya que por años algunos administradores simplemente venían a ganarse el dinero.
Algunos de ellos abrían a las ocho de la mañana y cerraban a las cuatro de la tarde mientras que otros días no acudían a abrir el local; además estaba el problema de la entrega del dinero por las piezas que eran dejadas a la venta en consignación y que presuntamente no aparecía al igual que el dinero.