Después de la jornada de protesta y enfrentamientos del martes ahora surge la interrogante de quién pagará los daños causados a terceros. La dirigencia del SUNTRACS ha reconocido que quiénes puedan comprobar que sus autos resultaron afectados por las acciones de sus afiliados en calle 50, la avenida Balboa y la Cinta Costera, le serán cubiertos los daños.
Sin embargo, la realidad es que es casi imposible comprobar esa situación a menos que se cuente con un video que demuestre tal situación. No tiene justificación que obreros le entren a palazos a taxista en Chiriquí por intentar circular por el área de protesta.
Lo cierto es que la situación no debió degenerar en los disturbios que se dieron. La Policía culpa a los obreros de fomentar el caos en las calles; el SUNTRACS sostiene que fueron los antimotines los que provocaron la situación al reprimirlos cuando los trabajadores se dirigían ya a sus puestos de labores tras distribuir volantes.
Al final, el resto de la población es la que resulta afectada. No puede circular libremente en las calles porque se expone a que le rompan la cabeza con un bloque o lo llenen de perdigones.
Hay que moderar los métodos de las protestas. La dirigencia sindical debe ser autocrítica y asimilar el contenido de las llamadas a los diversos programas de comentaros de radio y televisión, donde se cuestionaba la forma de manifestarse.
Es casi seguro que una mayoría de la población respalda las manifestaciones contra el alza del Impuesto de Transferencia de Bienes Muebles y Servicios (ITBMS) y contra medidas del gobierno, pero al mismo tiempo cuestiona lo sucedido el martes en las ciudades de Panamá y David.
El saldo de todo fue destrucción de la propiedad privada, afectación al tránsito y 223 obreros detenidos. �Era necesario todo esto?