El 29 de marzo de 1987, el público de Michigan y el resto de Estados Unidos marcó un récord de asistencia para un evento bajo techo, y eso que ni siquiera se trataba de un verdadero deporte competitivo. Wrestlemania III, con Hulk Hogan y el Gigante André en la lucha principal, reunió más de 93 mil personas en el Pontiac Silverdome en Detroit.